lunes, 23 de octubre de 2017

RELIGION

De acuerdo con sus tradiciones, Ai-Apaec, el dios supremo, fue el encargado de ordenar la armonía del mundo material. Para lograr el equilibrio de las fuerzas de la naturaleza, el dios debía librar una dura lucha contra el puma, que representaba el desorden en el mundo. La victoria de Ai-Apaec sobre el puma sólo era posible si recibía ofertas de sacrificio con sangre humana. Por lo general, los jóvenes guerreros capturados en la guerra eran sacrificados en honor a Ai-Apaec. Un clima de inestabilidad que se extendió comprometería la existencia de la civilización. Los mochicas también celebraban el éxito de su producción agrícola pidiendo más lluvias y buenas cosechas con la realización de más sacrificios humanos.


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